El anhelo por recuperar la línea suele inducir a querer perder kilos de manera demasiado rápida sin pensar en las consecuencias que acarrea esta rápida pérdida de peso.
Las dietas milagro son un claro ejemplo de dietas desequilibradas a las que se acude cuando se está en esta situación. Este tipo de dietas pueden suponer un peligro para la salud además del conocido "efecto rebote" (se recupera mas del peso que se había perdido con anterioridad cuando se vuelve a comer de forma habitual). Estas dietas en la que muchas veces se favorecen unos alimentos en detrimento de otros no solo no tienen ningún tipo de base científica, sino que pueden llegar a ser perjudiciales.
Si realmente se quiere perder peso el secreto está en seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio físico. Éstas recomendaciones acompañadas de hábitos saludables son las medidas óptimas para mantener la pérdida de peso.
Para lograr estos objetivos es necesario ponerse en manos de un experto, que asesore y supervise la alimentación siempre teniendo en cuenta, además de las recomendaciones generales, las necesidades individuales, cada uno de los objetivos a conseguir y las posibles barreras físicas.
Una dieta equilibrada debe suponer una ingesta adecuada de los distintos nutrientes aportando por norma general un 50-55% de hidratos de carbono, un 12-15% de proteínas y un 30% de grasas del 100% de la ingesta calórica total.
Como recomendaciones también cabe destacar: promover el consumo de fibra vegetal, disminuir el consumo de sal y de azúcares sin llegar a suprimirlos, reducir la ingesta de alcohol, ingerir 5 raciones de fruta y verdura al día, consumir al menos 1,5 litros de agua, comer 5 veces al día masticando bien los alimentos, aportar una ingesta adecuada de vitaminas y minerales y llevar un estilo de vida activo.
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